Sebastião Salgado
Sebastião Salgado vive de la fotografía desde 1973. Solía decir que no era un artista, sino sólo un fotógrafo. (Archivo fotográfico AFP)

Sebastião Salgado: el fotógrafo que retrató la dignidad y defendió la tierra

Ha fallecido uno de los artistas más comprometidos con su entorno. Este es el legado de este gran fotógrafo.

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Artistas contra Trump

Disney llega a Abu Dhabi

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

A sus 80 años, con medio siglo de trayectoria sobre los hombros, Sebastião Salgado no hablaba de legado, sino de urgencia. “La fotografía es el espejo de la sociedad”, dijo durante una entrevista realizada en 2024, en ocasión de una exposición en la Somerset House de Londres, donde presentó una pequeña pero significativa selección de sus imágenes más representativas.

Salgado fue más que un fotógrafo: fue un testigo paciente y obstinado del sufrimiento humano, del trabajo y del éxodo, y en sus últimos años, un defensor convencido de la naturaleza. Su exposición coincidió con la entrega del premio a su trayectoria otorgado por la World Photography Organisation. “Es el premio al trabajo de una vida”, afirmó, agradecido.

Desde sus inicios en la fotografía, en 1973, después de haber estudiado economía, nunca se apartó del lente. Y si bien sus imágenes fueron celebradas como arte, él lo negaba con claridad. “En una exposición como ésta, la gente me dice que soy un artista y les digo que no, soy un fotógrafo y es un gran privilegio serlo. He sido un emisario de la sociedad de la que formo parte”.

En su mirada sobre el mundo había también una conciencia crítica. Fue galardonado en múltiples ocasiones, incluido el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1998. Ese mismo año fundó junto a su esposa, Lélia Wanick Salgado, el Instituto Terra, una organización que lucha por reforestar la Amazonía y combatir el avance destructivo del consumo global. “Hemos perdido un 18,2 por ciento de la Amazonia. Pero no han sido solo los brasileños u otros países de esa región los que han destruido eso, ha sido nuestra sociedad de consumo, por una necesidad terrible de consumo que tenemos, de ganancia”.

En su visión, la deforestación, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad eran tragedias entrelazadas. “Hay un segundo drama tan importante como el calentamiento global que es la pérdida de agua”, advirtió. Y puso ejemplos concretos: comunidades en el sur de Francia abastecidas por camiones cisterna, un fenómeno que décadas atrás solo se veía en África. “Alemania en los últimos 40 años ha perdido un 70 por ciento de su biodiversidad”, agregó. “Las plantas no tienen polinización porque no tienen insectos”.

Para Salgado, no se trataba de mala voluntad, sino de falta de conciencia. “Hay que llevar la información, no es que la gente sea mala, es que falta información correcta y concienciación de la gente”.

En sus palabras finales durante esa conversación, Salgado se mostró lúcido y sereno ante la cercanía de la muerte. “Me falta morir ahora. Tengo 50 años de carrera y he cumplido 80. Estoy más cerca de la muerte que otra cosa. Uno vive como máximo 90. Entonces no estoy lejos, pero continúo fotografiando, continúo trabajando, continúo haciendo las cosas de la misma forma”.

No buscaba posteridad. “No tengo ninguna preocupación ni ninguna pretensión de cómo se me recuerde. Es mi vida la que está en las fotos y nada más”. Esa es la imagen que nos deja. Adiós a un grande.

Con información de AFP

OSZAR »
OSZAR »