Sistine Chapel chimney.
Humo negro saliendo de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que los cardenales no lograron elegir a un nuevo Papa durante su cónclave en el Vaticano el 8 de mayo de 2025. (Foto de Tiziana FABI / AFP)

El sucesor de Francisco: el mundo sigue sin fumata blanca

Tras tres rondas de votaciones, el cónclave sigue sin alcanzar los votos necesarios para elegir al nuevo pontífice. El mundo católico permanece en vilo.

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La espera continúa. Este jueves, una espesa columna de humo negro volvió a elevarse desde la chimenea de la Capilla Sixtina, señal de que los 133 cardenales reunidos en cónclave aún no han alcanzado el consenso necesario para elegir al nuevo papa, sucesor del carismático Francisco.

La fumata negra, que emergió tras las segunda y tercera rondas de votación, fue recibida con una mezcla de aplausos, resignación y expectativa por los miles de fieles y turistas que se han congregado en la Plaza de San Pedro. “No quiero que se apresuren, lo importante es que tomen la mejor decisión”, dijo Barbara Mason, una canadiense de 50 años que viajó especialmente para presenciar este momento histórico.

El cónclave, iniciado el miércoles en la tarde, se lleva a cabo bajo estrictas normas de secreto. Los cardenales, todos menores de 80 años, permanecen aislados del mundo exterior, sin teléfonos, y bajo juramento de no revelar nada del proceso, bajo pena de excomunión. Las votaciones se desarrollan en la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel, donde cada cardenal deposita su voto en una urna de plata. Luego, las papeletas se queman en una estufa antigua, junto con compuestos químicos que permiten distinguir si el humo es negro (no hay papa) o blanco (hay nuevo pontífice).

Este cónclave es el más numeroso y diverso en la historia de la Iglesia: participan cardenales de cerca de 70 países, muchos de ellos designados por el propio Francisco, quien falleció el 21 de abril a los 88 años. El papa argentino dejó un legado de apertura, defensa de los migrantes, atención al medioambiente y un esfuerzo por acercar la Iglesia a los marginados.

Sin embargo, el futuro de ese legado está en juego. En las deliberaciones, según los expertos, chocan visiones progresistas y conservadoras. Mientras algunos purpurados quieren dar continuidad a la línea reformista de Francisco, otros anhelan un liderazgo más doctrinario y tradicional.

En ese contexto, no hay un favorito claro. Circulan más de una docena de nombres, incluyendo al italiano Pierbattista Pizzaballa, el húngaro Peter Erdo y el esrilanqués Malcolm Ranjith. Entre los fieles, también hay simpatías marcadas: Paolo Cabrera, un filipino de 40 años que acampó desde temprano en la plaza junto con su esposa Cynthia, expresó su esperanza de que el cardenal Luis Antonio Tagle sea elegido. “Pero estaremos felices con quien Dios haya designado”, añadió.

La elección de un nuevo papa no es solo una cuestión interna para el Vaticano. El mundo espera señales sobre el rumbo que tomará una institución que enfrenta enormes desafíos: desde la crisis de credibilidad por los abusos sexuales, hasta la caída en la asistencia a misa en Occidente, pasando por la tensión entre los valores de la Iglesia y los cambios culturales globales.

En 2005, Benedicto XVI fue elegido en cuatro votaciones. En 2013, Francisco fue escogido en la quinta ronda. Si no hay papa este jueves, los cardenales están convocados a votar hasta cuatro veces más el viernes.

Como señaló el colombiano Juan Benítez, de 37 años, presente también en la plaza: “La Iglesia tiene muchas divisiones entre liberales y conservadores, divisiones que no deberían existir, porque creo que la Iglesia es universal”.

Mientras tanto, el mundo mira hacia la pequeña chimenea vaticana, esperando que pronto se alce el humo blanco y una nueva voz pronuncie el tradicional "Habemus Papam".

Con información de AFP

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